Los termoacumuladores sirven para el calentamiento del agua. La gama de termoacumuladores eléctricos funciona con energía eléctrica, constituida por un depósito de agua, que almacena el agua, calentada por una resistencia eléctrica. Se equipan con una más resistencias eléctricas que permiten el calentamiento del agua de forma segura, así como con un termostato de regulación de temperatura, con un limitador térmico de doble seguridad, posibilitando la regulación de la temperatura adecuada a su utilización e impidiendo el sobrecalentamiento en en caso de avería. Pueden instalarse en lugares de pequeña dimensión, no necesitan ventilación y las pérdidas de calor son diminutas, ya que poseen un aislamiento térmico de alta densidad, con un espesor de 40 mm. Pueden ser equipados con ánodo de magnesio, para reducir los efectos provocados por la electrólisis, garantizando la longevidad del producto. Su interior está construido en acero inoxidable AISI 304 o AISI 316.